Parte I
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Parte II
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Puntos de discernimiento sobre las apariciones
1. LA VIRGEN SE APARECE
La Virgen Santísima está en el cielo en cuerpo y alma. Está es verdad es parte del dogma de la Asunción. Desde el cielo nuestra madre intercede por nosotros y nos ayuda en nuestro peregrinar hacia el cielo.
En las apariciones, Dios permite que el cuerpo glorificado de la Virgen se haga visible para alguna/s persona/s. Aunque esta verdad trasciende nuestra capacidad racional, no es contraria a la razón. Para quien vive en gracia y experimenta una viva relación con Dios, la Virgen y los santos, las apariciones no presentan una dificultad porque saben que ellos, están siempre en con nosotros y se manifiestan.
María, por tener un cuerpo glorioso, puede tomar diferentes características físicas: su edad, estatura, apariencia, forma de hablar, vestuario. El cuerpo glorificado no tiene dificultad en estas adaptaciones sin dejar por ello de ser real. (Ver Cristo y Sus apariciones a los discípulos, Magdalena (Jn 20, 14-16) y los discípulos de Emaús (Lc 24, 16). La Virgen se acomoda a la cultura y el lenguaje de los videntes. Esta es una adaptación pedagógica de la Virgen que, como madre, busca a sus hijos.
También la Virgen puede comunicarse milagrosamente a través de solo locuciones: la persona solo escucha a la virgen.
La Virgen viene en ayuda de sus hijos.
La Iglesia reconoce la posibilidad de que Dios hable directamente a algunas almas y las instruya en el bien, ya particular, ya colectivamente. Las apariciones marianas no añaden nada a la doctrina cristiana. El propósito de la Virgen es ayudarnos a vivir nuestra fe según la enseña la Iglesia. Ella nos recuerda algún aspecto de la fe o vida cristiana un tanto olvidado o no explícitamente deducido. Ella pone ante nuestra conciencia la verdad que hemos olvidado o que vivimos superficialmente. Ella nos ayuda a profundizar para que saquemos el mayor provecho espiritual.
El Cardenal Ratzinger, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, nos dice: "No podemos ciertamente impedir que Dios hable a nuestro tiempo a través de personas sencillas y valiéndose de signos extraordinarios que denuncian la insuficiencia de las culturas que nos dominan, contaminadas de racionalismo y de positivismo. Las apariciones que la Iglesia ha aprobado oficialmente ocupan un lugar preciso en el desarrollo de la vida de la Iglesia en el último siglo. Muestra, entre otras cosas, que la Revelación -aún siendo única, plena y por consiguiente, insuperable- no es algo muerto; es viva y vital."
-Ratzinger, Reporte Sobre la Fe.
Es cierto que nadie está obligado a creer en una aparición privada, aunque esté aprobada por la Iglesia. Sin embargo sería temerario rechazarlas una vez que han sido aprobados. Habríamos de preguntarnos: ¿Creemos de verdad que la Virgen esta gloriosa en el cielo y PUEDE aparecerse si Dios la envía?; ¿Estamos verdaderamente abiertos con humildad a discernir o lo rechazamos apriori?
2. CARACTERÍSTICAS DE LAS APARICIONES AUTÉNTICAS:
Sencillez de los videntes:
El vidente (o los videntes) juega un papel, hasta cierto punto, importante en el discernimiento de la autenticidad de las apariciones. Pueden ser un obstáculo si llegan a negar las experiencias que han tenido, ya sea por miedo o por otra razón (esto ocurrió en la aparición de La Salette). Pueden los videntes llegar a proporcionar criterio necesario para demostrar su falta de autenticidad (si manifiestan, por ejemplo, problemas mentales o emocionales.)
Los videntes auténticos:
# Evitan enfocar la atención hacia ellos;
# Usualmente son jóvenes, sin formación académica notoria;
# No resaltarían ante el mundo por razones naturales.
# En algunas ocasiones no eran particularmente santos o espirituales antes de la aparición;
# Nunca esperaban, ni buscaban tener visiones; estas fueron de total sorpresa para ellos;
# Muchas veces son avisados por la Virgen que tendrán que sufrir mucho a consecuencia de su elección. La aparición conlleva pruebas y grandes dificultades para sus vidas.
La virtud por excelencia que deben tener los videntes es la humildad. "La humildad es el sello más seguro, la piedra de toque por excelencia, para discernir todas las operaciones divinas" (ejemplo: Santa Bernardita; Beatos Francisco y Jacinta: ellos huían de la atención).
Hay una serie de preguntas que se pueden hacer en referencia a los videntes:
# ¿Es capaz de obedecer el vidente las autoridades de la Iglesia cuando se les pide que guarde silencio?
# ¿Que frutos de conversión manifiesta?
# ¿El vidente ha aceptado favores personales o dinero a cambio de las apariciones o revelaciones proféticas?
# ¿Acepta el vidente la posibilidad de que las visiones pueden ser ilusorias o demanda que todos le crean?
# ¿Puede el vidente continuar, en lo posible, en una vida normal cristiana, o existe en él la necesidad de tener siempre algún hecho sobrenatural?
El lugar de las apariciones:
# Tienden a ocurrir en lugares aislados y de silencio. Suelen ser lugares que invitan a la oración.
# Usualmente en áreas o regiones donde las creencias religiosas están bajo ataque o se han olvidado;
# Los lugares de aparición muchas veces se convierten en santuarios de peregrinación donde la presencia de la Virgen se hace sentir y ella nos lleva a Jesús.
La Transmisión de un mensaje a los fieles:
# Los videntes dan cuenta detallada y consistentemente del contenido de sus visiones. Y aunque hayan pasado muchos años después de las apariciones, aún no se contradicen con lo dicho anteriormente.
# El mensaje generalmente exhorta a vivir el Evangelio, recordando algo que se está olvidando. Llama al arrepentimiento, a volver a Dios.
# Pide el aumento de la fe, los sacramentos, la oración y de las obras de piedad y de misericordia. (No siempre hay mensaje. Ej: Knock, Irlanda)
Son acompañadas por algún signo milagroso que ayuda a confirmar la autenticidad.
# Ocurren eventos milagrosos totalmente inexplicables a nivel humano.
# Curaciones físicas de enfermedades mortales ya declarados así por los médicos;
# Conversiones de personas ateas e incluso rebeldes contra Dios (el ejemplo de Ratisbone, el judío que se convirtió por la Medalla Milagrosa)
# Eventos sobrenaturales visibles (por ejemplo el milagro del sol en Fátima).
Las apariciones que no muestran las características de arriba son más difíciles de analizar por las autoridades religiosas y científicas.
Las apariciones se deben juzgar sin mezclarlas con otros eventos
Una gran dificultad en el discernimiento de las apariciones son las situaciones que no son propiamente de la aparición pero que se mezclan con ella.
# A veces, apariciones auténticas son seguidas de un gran incremento de actividad sobrenatural. Alguna de esta actividad puede ser del enemigo, para desacreditar la aparición. (Ejemplo: Se dice que en los 5 años después de Lourdes se reportaron unas 150 apariciones en Europa pero ninguna de esas fue aprobada).
# No se debe juzgar la aparición por lo que puedan hacer algunos de sus pretendidos devotos.
3. CATEGORÍAS
En general, las apariciones pueden caer bajo las siguientes categorías:
Dudosas. Todas las apariciones empiezan en esta categoría por cuanto que no se puede asumir que esté ocurriendo algo sobrenatural de parte de Dios hasta que no se efectúe una evaluación completa.
Falsas. Después de las evaluaciones, muchas de las apariciones dudosas son determinadas como falsas de acuerdo con los criterios de discernimiento de la Iglesia (los veremos más adelante). No todas las apariciones falsas son fraude. Puede ser que la persona vidente era sincera pero errada por razones de engaño satánico, problemas mentales u otra razón.
Falsas y Fraudulentas. Desafortunadamente, algunas de las supuestas apariciones han sido fingidas. Esto puede ocurrir por muchas razones: busca de atención, fama, dinero, etc... En algunos casos se trata de intervención diabólica. Pueden entonces darse fenómenos extraordinarios, imitaciones de milagros que son en realidad obra del demonio. Recordemos que el demonio es capaz de rezar el rosario y decir cosas bonitas si eso engaña a la gente para después que se entusiasmen y pierdan el cuidado poder atraparlas.
Aprobadas por la Iglesia. (por el obispo o por el Papa). Son una pequeña minoría de las apariciones reportadas. Solo la Iglesia tiene la autoridad para declarar el estatus de una aparición. La Iglesia actúa con mucha prudencia, después de mucho tiempo de discernimiento.
Muchas apariciones auténticas no llegan a ser aprobadas. No cada vez que la Virgen visita es con la misma trascendencia de mensaje. La Virgen es madre de todos y puede aparecerse o comunicarse de manera extraordinaria con sus hijos a nivel personal, sin un mensaje público. En otros casos la aparición puede ser solo para un grupo o una zona, o un mensaje para una ocasión de particular peligro pero sin la intención de que se establezca allí una particular devoción nueva.
No es necesario si quiera buscar la aprobación de la Iglesia a no ser que la Virgen imparta un mensaje público o comiencen a asistir muchas personas.
4. EL PROCESO DE APROBACIÓN
Las apariciones pueden tener varios grados de aprobación.
1- Declaración favorable del obispo. Si la aparición atrae a muchas personas, el obispo establece una comisión para una evaluación exhaustiva. La comisión hace su recomendación al obispo y este puede que se declare en apoyo de la aparición, diciendo que "no contiene nada contrario a la fe o la moral", que "parecen ser inspiradas sobrenaturalmente" y "son dignas de devoción por parte de los fieles".
2- Permiso para celebración de la liturgia. Se permite celebrar la Santa Misa en el lugar de las apariciones. En este tiempo se observan los frutos. La mayoría de las apariciones se quedan en este grado de aprobación oficial y no es necesario mas. El hecho que no venga una aprobación de la Santa Sede no indica rechazo.
3–Reconocimiento papal. Si una aparición tiene una gran difusión internacional, puede darse una declaración de la Santa Sede. El Papa declara públicamente que el mismo tiene una disposición favorable con relación a los eventos y al contenido de la aparición. Esto puede darse de diferentes maneras: Una mención favorable del Papa, una visita al santuario, etc.
4– Reconocimiento litúrgico. Es el mas alto grado de aprobación, con la inserción oficial de la aparición en el calendario litúrgico.
Entre las apariciones del siglo XIX, solo las de La Salette, Rue de Vac y Lourdes alcanzaron el máximo grado de aprobación. Entre las del siglo XX, solo Fátima, Beauraing y Bélgica. (Ver apariciones aprobadas)
Nunca en la historia de la Iglesia han habido tantas apariciones aprobadas y tantos reportes de apariciones como en las últimas décadas. Aproximadamente 500 reportes de apariciones desde 1980. Podemos deducir que estamos en tiempos extraordinarios en que Dios nos exhorta con urgencia e insistencia a través de su madre. Es por lo tanto sumamente importante que escuchemos y respondamos antes que sea demasiado tarde.
Las apariciones se deben juzgar sin mezclarlas con otros eventos
Una gran dificultad en el discernimiento de las apariciones son las situaciones que no son propiamente de la aparición pero que se mezclan con ella. A veces, apariciones auténticas son seguidas de un gran incremento de actividad sobrenatural. Alguna de esta actividad puede ser del enemigo, para desacreditar la aparición. (Ejemplo: en Lourdes hubieron mas de 50 reportes de apariciones por otros videntes durante las apariciones a Santa Bernardita). No se debe juzgar la aparición por lo que puedan hacer algunos de sus pretendidos devotos.
Terminadas las evaluaciones, las apariciones auténticas usualmente se desarrollan en cuatro fases distintas:
Después de una larga y extensiva evaluación por la comisión formada por el obispo de la diócesis, este emite una declaración de apoyo. Declara que las apariciones "no contienen nada contrario a la fe o la moral", parecen ser inspiradas por lo sobrenatural y son dignas de devoción por los fieles.
Con la aprobación del obispo local, se permite generalmente la celebración de la liturgia en el lugar de las apariciones. Si esta devoción continúa creciendo y demuestra frutos saludables en los fieles, entonces el obispo puede pedir al Papa un mayor reconocimiento.
El Papa declara públicamente su reconocimiento. Esto puede incluir, pero no requiere, su visita pública al lugar de las apariciones
El Reconocimiento Litúrgico es el de mas alto grado. Las apariciones de Lourdes y Fátima son dos apariciones modernas que tienen reconocimiento litúrgico a nivel de la Iglesia universal. Así como la de la Virgen de Guadalupe en México. Muchas otras apariciones tienen sus fiestas locales.
Autor: Padre Jordi Rivero. | Fuente: www.corazones.org
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