Hoy fui a Misa a recibir a Dios, el coro canto muy bello y había mucha gente viviendo la celebración con devoción. En la homilía pude identificarme con Ajab, de esas ocasiones en que dices "Ya estoy harto de la vida y de todo este desierto que paso" y como el Señor le manda a un ángel con pan del cielo, ahí tenemos la prefiguración de la Eucaristía que hoy en día nos ayuda para salir de nuestra tristeza. Incluso en una de las plegarias eucarísticas se dijo "Ya no estaremos tristes", pues no estamos exentos de la depresión tan común en nuestros días.
Luego el discurso eucarístico que todavía escandaliza hoy a muchos "Mi carne es para la vida del mundo", pues pienso que si Dios nos conoce y sabe de nuestras enfermedades emocionales es porque sabe de que estamos hechos y lo que nos falta, y viene pronto como remedio para salvarnos "Yo soy el pan de vida", de vida, cuando estas deprimido lo que quieres es morirte pero ¡oh divino remedio!.
Hace unos días (31-julio) estuve viendo en Canal 11 del IPN a una chica (que aparece en la foto) que había tratado de suicidarse varias veces, los psicólogos y psiquiatras dieron muchas y muy buenas explicaciones, en verdad la terapia es muy buena y si le va a servir pero hubiese querido estar en ese panel para contarles como dijo el salmo "Hagan la prueba y verán que bueno es el Señor". Su papá lloraba de impotencia ante tantas explicaciones que los terapeutas le daban pero ninguna solución concreta y ella con el rostro invadido de tristeza no mostraba esperanza, si la conocen díganle que JESÚS LE AMA y háblenle de pan de vida. Referente a la misma depresión y la Eucaristía recordémos que en el testimonio de Charlene Andersen (ex luterana) dado en EWTN, ella cuenta que su esposo (ex pastor converso al catolicismo) sanó de su depresión debido a su recepción, previa confesión.
Solo unos detalles en la misa de hoy, los reclinatorios para arrodillarse no son para subir los pies como si estuvieses en tu escritorio y si puedes no lo bajes, la consagración dura solo un minutito y en ese momento puedes ofrecer esa pequeña incomodidad y unirla al sacrificio de Cristo, el dolor de las rodillas no se compara con lo que hizo Jesús para salvarte. Y también, canta y canta fuerte, ya decía San Agustín que el que canta ora dos veces y si estas enojado con Dios canta aún mas fuerte para que vea y escuche que eso que traes en el corazón realmente lo deseas, haciendo como la viuda y el juez injusto (Lucas 18:1-8) que con tal de que lo dejara en paz salio a atenderle.
No olvides juntar las manos en la comunión y si te sientes ridículo como cuando ibas a hacerla en la primera te recuerdo lo que dice el Señor que aquel que se haga como niño es quien entrará al reino de los cielos. Mujeres no usen pantalones de mezclilla ajustados para la comunión, se ven muy bien pero distraen, la Virgen María les ha pedido en algunas apariciones que no sean piedra de tropiezo.
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