Katéjon

Cuando Alberto Villasana dijo, hace más de dos años, que el mundo sufriría un colapso económico, muchos no le creyeron. Sobre todo porque el analista internacional basaba parte de su interpretación en las profecías bíblicas.

El dos veces ganador del Premio Nacional de Periodismo explica a Reporte Índigo el conflicto de la Franja de Gaza, así como las guerras y adversidades que puede enfrentar el mundo en el futuro próximo.

(Golgotaonline.com) Publicado en Noviembre de 2007 por José Alberto Villasana

No sin razón se piensa que San Juan es quien más detalles nos dio a conocer acerca de los Últimos Tiempos, el periodo que inició con el retorno de los judíos a la tierra prometida (mayo de 1948) y que finalizará con el gobierno mundial del Anticristo por siete años y con la Parusía, el Retorno glorioso de Jesucristo. Y es que a esos temas, San Juan le dedicó 15 capítulos de su Apocalipsis.

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Sin embargo, San Pablo nos hizo llegar datos fundamentales que no habríamos logrado saber de no ser por el ejercicio de su inspirada pluma. Gracias a él, por ejemplo, sabemos acerca del misterioso Arrebato de los fieles, así como algunos pormenores entorno a la derrota del Anticristo.

Entre las referencias que más destacan, respecto a este último personaje, a quien el mismo San Pablo llamó también el “impío”, el “hombre sin ley”, el “hijo de la perdición”, el “adversario”, hay un elemento que nos indica en qué momento será su manifestación pública en el escenario mundial, por el hecho de que lo precede inmediatamente.

¿Que pasa en la Franja de Gaza?

"...los dos descendientes de Abraham se disputan la misma tierra..."

Ese signo se encuentra en la segunda carta que el Apóstol escribió a la comunidad cristiana de Tesalónica, en seguimiento a la visita pastoral que realizó a esa ciudad. En dicho documento, San Pablo establece que antes de que se manifieste el Anticristo tiene que ser quitada de en medio una persona que “retiene” su manifestación pública:

“…Que nadie os engañe de ninguna manera; porque antes (del Retorno de Cristo) tiene que darse la apostasía y manifestarse el impío, el hijo de la perdición, el adversario que se levanta y se opone contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el templo de Dios, haciéndose adorar como Dios...” y, más adelante, “Tan solo con quitar de en medio a aquel que lo retiene, entonces se manifestará el impío…” (2 Tes 2, 3-8).

¿Estas guerras son culpa de las religiones?

"... ellos no son, ellos son personas muy buenas ..."

El motivo de la carta era suscitar esperanza en medio de las pruebas, pero también moderar el fervor de los tesalonicenses. San Pablo había predicado con tanto vigor en Tesalónica sobre el misterio de iniquidad, que los tesalonicenses llegaron a pensar que los Últimos Tiempos eran ya inminentes. Por ello, San Pablo les da a conocer la existencia de un “obstáculo” (en griego katéjon o katéjos) que primero tiene que ser removido, para que entonces pueda manifestarse públicamente el Anticristo.

Pero ¿quién es ese enigmático “obstáculo”? Algunos Padres de la Iglesia pensaron que el katéjon (en neutro “lo obstaculizante”) era el Imperio Romano cristianizado, que por su influjo impedía el estallido de la iniquidad; en cambio, el katéjos (en masculino “el obstaculizante”), sería el emperador.

A partir de la conversión de Constantino, las cosas siguieron cambiando para bien, al punto que se consideró el Imperio como una garantía para el orden cristiano, como lo proclamó abiertamente el Papa San León Magno, en el siglo V. Ese progreso espiritual se convirtió en un factor de mejoramiento que desembocó en el esplendor de la cristiandad medieval. Al menos así lo consideró Santo Tomás de Aquino, en el siglo XIII.

¿Habrá cambios con Obama?

"... hay que ver quien financió la campaña... Rahm Emanuel Jefe de Gabinete..."

De alguna manera, el Imperio Romano, bautizado en Constantino, restaurado en Carlomagno y triunfante en Carlos V, fue cercenado de tajo por la Revolución francesa y las siguientes revoluciones de inspiración masónica en los siglos XVIII, XIX y XX.

Pero, aún quitado de en medio el esplendor de ese orden social cristiano, con sus grandes próceres y regimenes políticos, aún no hemos comenzado a vivir ninguno de los extraordinarios acontecimientos de la Gran Tribulación, con todo y que ya padecemos los prolegómenos de la apostasía. Por ello es de descartar esa interpretación, de la que es partidario Castellani.

La guerra que viene y las profecías (Febrero)

"... ese ataque no debe ser muy lejano... ya nadie podrá atacar ..."

Cabe mencionar que algunos, como San Justino, primer comentador del Apocalipsis, opinaron que el katéjon era la misma Iglesia, cuya presencia constituía el último obstáculo para la manifestación del Anticristo. Según él “Ecclesia de medio fiet”, la Iglesia será quitada de en medio.

La interpretación, un tanto aventurada, solo se puede entender en el sentido de la estructura temporal de la Iglesia la cual, como dice San Juan “fornicará con los reyes de la tierra” (Ap 17, 1-9), al menos una parte de ella, tomando su sede en el lugar santo: “Cuando veáis la abominable desolación…” (Mt 24, 15), instalada donde no debe…

También San Victorino aplicó el katéjon a la Iglesia. “La Iglesia será quitada”, dice él, en el sentido de que volverá a las catacumbas, perdiendo todo influjo en el orden social.

El colapso financiero mundial

"...el segundo gran fraude ocurre en 1975..."

Pero una lectura cuidadosa del texto paulino nos lleva a concluir que esa palabra no puede ser tomada en sentido neutro, como si se tratase de una institución o de un movimiento favorable al cristianismo. La referencia inmediatamente anterior de San Pablo para referirse a la apostasía y a la impiedad pone serias dificultades a esa interpretación, ya que el Apóstol habría utilizado las mismas palabras.

Por ello, y porque él también se refiere al Anticristo en el sentido de un personaje concreto y preciso, podemos concluir que el “retenedor” es necesariamente una persona física, y que su acepción debe ser tomada en género masculino.

México no se ha preparado

"... o no tienen analistas o quieren engañarnos ..."

Por otro lado, los apóstoles conocían la amenaza y la identificaban con claridad, siendo conscientes de que los adversarios entrarían en medio e ellos como lobos feroces: salieron de entre ellos pero no eran de ellos, precisará San Juan. El mismo Jesús les había advertido que entre el trigo crecería también la cizaña, hasta que llegase el tiempo de la siega cuando Él mismo los habría de separar.

A mi entender, y contemplando que la apostasía está ya en curso, y que existe en la Iglesia un complot para destruirla desde dentro, sustituyéndola por una iglesia falsa adaptada a las exigencias del mundo, y que exponentes de ese grupo llegaron a la monstruosidad de haber asesinado al Papa Juan Pablo I en 1978, y de atentar en diversas ocasiones contra la vida del Papa Juan Pablo II, quien tiene que ser removido es sin lugar a dudas un Papa fiel, un Papa que no comulga con sus propósitos, y que por lo mismo les estorba.

Es aquí donde cobra fuerza la tesis de que el texto del Tercer Secreto de Fátima no publicado por El Vaticano, se refiere a la remoción de aquel que representa y dirige el orden cristiano auténtico, la Iglesia apegada a la tradición y al Magisterio elaborado durante veinte siglos de fidelidad a Cristo, y que esa remoción ocasionará el mas grande y triste cisma de la Iglesia.

Este retenedor es necesariamente un líder religioso

"...evita que la doctrina apóstata tome preponderancia..."

A mi modo de ver, el texto de la segunda carta a los Tesalonicenses que comentamos puede ser el fundamento escriturístico de la revelación privada que Lucía, Jacinta y Francisco recibieron hace noventa años, y que a su vez es confirmada por distintas revelaciones privadas, entre las que destaca la del Papa San Pío X, en el sentido de que a un pastor supremo de la Iglesia le espera el destino de una cruenta persecución, y de una muerte brutal en cautiverio.

Lo más grave de todo, es que tal situación vaya a ser propiciada por altos jerarcas de la Iglesia que operan en la dirección del enemigo, y que la favorecen precisamente para sentar en el trono de Pedro a un impostor que más fácilmente pueda desviar a los fieles hacia la aceptación de sus modernas enseñanzas. Esa es precisamente la abominación desoladora predicha por el profeta Daniel, por San Juan y por San Pablo.

Más aún, se podría aventurar la tesis de que el período de paz concedido a la humanidad como resultado de haber consagrado Rusia al Corazón Inmaculado de María, pudiera ser el periodo de paz correspondiente a la primera mitad de la Gran Tribulación, después de la Guerra de Gog y Magog. Falsa paz, firmada por el Anticristo, pero finalmente paz.

En ese caso, los acontecimientos pudieran seguir este orden: en un primer momento la muerte o renuncia del Papa Benedicto XVI. En un segundo momento, la consagración a Rusia por parte de su legítimo sucesor, acontecimiento que, aunado a las provocaciones de Estados Unidos y de Israel, provoquen la Guerra de Gog y Magog y, simultáneamente, la invasión de las turbas rusas y musulmanas a Europa y a El Vaticano. Luego se daría la huída del Papa de Roma y, posteriormente, la elección del antipapa. Entonces, y solo entonces, cuando el obstáculo o “retenedor” haya sido removido, se dará la manifestación pública del Anticristo, para firmar el falso acuerdo de paz a favor de Israel y recibir la validación pública del falso profeta, que muy probablemente sea el mismo impostor sentado en la sede de Pedro.

En cualquiera de los casos, podemos suponer, por San Pablo, que tan históricos acontecimientos puedan ser los que ocasionen que el “retenedor” finalmente sea quitado de en medio, dando paso a la manifestación pública del último y personal Anticristo.

Diversos programas anteriores para comprender los Ultimos Tiempos (no el fin del mundo) con esperanza

Roberto 0'Farril, Padre Alfredo Sáenz, Alberto Villasana, Alfredo Jalife, Eduardo López Padilla, Ernesto O'Farril Santoscoy


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Referencias relacionadas con el tema
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