lunes, 18 de mayo de 2009

Pero recen hijos mios

Eran tiempos dificiles como los de ahora, en ese lugar de Francia donde se gestaba una terrible guerra no había esperanza, la gente se había cansado de pedir y Nuestra Señora se aparece en Pointman para decir:

Rezad, hijos míos, Dios les escuchará pronto, mi Hijo se deja mover a la compasión

Esta experiencia ocurrida cuando los racionalistas y la guerra parecía que vencían sobre la fe, debe animarnos a seguir en el camino porque contamos con María Madre Nuestra quien acude a nuestras suplicas para decirnos "ya en serio", recen para que pueda irme mostrando. Y eso me hace recordar una jaculatoría muy bonita que el Señor le dió a Catalina Rivas para estos tiempos.

"María Madre Nuestra Inmaculada muestranos tu poder y derrota al enemigo"

Nuestra Señora de Pointman, Francia

"...nos enseña que el crucificado es Jesucristo..."

La historia
Es invierno y estamos en guerra. Las tropas de Guillermo I, rey de Prusia, dominan las tropas de Napoleón III; el 19 de septiembre de 1870, comienzan a sitiar París; el 12 de enero de 1871, entran a Le Mans y avanzando hacia el Oeste llegan hasta Mayenne. El 17 de enero, una parte del ejército prusiano se adelanta y llega a las puertas de Laval. Reina el desorden y el pánico entre los soldados franceses. En los campos, los campesinos esconden sus pertenencias: dinero, ropa y alimentos. A las miserias de la guerra se añade una epidemia de tifoidea y de viruela.

La aldea de Pontmain no ha podido salvarse. De una población de aproximadamente quinientos habitantes, la parroquia vio partir treinta y ocho jóvenes reclutados por el ejército. Estaban sin noticias. Todo iba mal. Los parroquianos decían: "Por más que roguemos a Dios, no escucha nuestras plegarias". El domingo 15 de enero, después de las vísperas, el cura había entonado como de costumbre el cántico de Saint-Brieuc:

Madre de la Esperanza
Por tu nombre lleno de ternura
Protege nuestra Francia,
Ruega, ruega por nosotros.


Era el único que cantaba. Al darse la vuelta, exhorta a los parroquianos, quienes comienzan a cantar llorando. El martes 17 de enero de 1871, seguían en la angustia y la desolación. Hacía frío y la nieve cubría el suelo y los tejados. El cielo estaba límpido cuando cayó la noche estrellada.


Pontmain, el 17 de enero de 1871. Era de noche y hacía frío. Francia está en guerra. París está sitiado. Los Prusianos, vencedores, están a las puertas de Laval. En Pontmain, la angustia predomina pues no se tienen noticias de los 38 jóvenes movilizados. Esa noche, Eugène Barbedette ayuda a su padre a moler las aulagas en el granero. Su hermano menor, Joseph, también está con ellos. Eugène sale a "tomar el aire".

Una hermosa Señora…
En ese momento, sobre la casa, ve de frente a una hermosa Señora con un vestido lleno de estrellas que le sonríe con las manos extendidas al frente. Los aldeanos se apresuran hacia el granero. Otros niños también la ven. Un óvalo azul con cuatro velas apagadas rodea a la Hermosa Señora. En torno al señor Cura y a las religiosas de la escuela se organiza una velada de oración.
"Orad hijos míos"
Se encuentran diciendo el rosario y el Magnificat, cuando se despliega una banderola entre el óvalo y el tejado de la casa. Letra tras letra, los niños van pronunciando el mensaje que se inscribe, mientras la multitud canta letanías a la Santa Virgen, la Inviolata y el Salve Regina.

PERO, ORAD HIJOS MÍOS QUE DIOS VA A OÍROS MUY PRONTO MI HIJO ESTÁ ABIERTO A VUESTRAS PLEGARIAS


El fervor crece y los niños manifiestan su alegría: "¡Oh! ¡Qué hermosa es!". Cantan Madre de la Esperanza. Súbitamente los niños se ponen tristes cuando el rostro de María también se impregna de una profunda tristeza.

María muestra a Jesús
Una cruz roja aparece frente a ella con Jesús ensangrentado. En lo alto de la Cruz, sobre un larguero blanco, se inscribe en rojo Su nombre: JESUCRISTO. María toma el crucifijo con sus dos manos y lo presenta a los niños mientras que una pequeña estrella enciende las cuatro velas del óvalo. La plegaria es ahora en silencio. Luego, los presentes entonan el Ave Maris Stella. El crucifijo rojo desaparece. María toma de nuevo su actitud inicial, las manos extendidas en un gesto de acogida. Aparece una pequeña cruz blanca en cada uno de sus hombros. Todos se arrodillan en la nieve para la oración nocturna. Seguidamente se despliega un gran velo blanco a partir de los pies de María y poco a poco la recubre totalmente. "Todo ha terminado" dicen los niños. Todos vuelven a sus casa con el corazón tranquilo. Once días más tarde se firma el armisticio. Los Prusianos no entraron a Laval.

Los peregrinos afluyen
Se obtienen gracias de todo tipo. Tras una encuesta y un proceso canónico, el obispo de Laval, Monseñor Wicart, declara: "Consideramos que el 17 de enero de 1871, la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, se apareció realmente a Eugène y Joseph Barbedette, Françoise Richer y Jeanne-Marie Lebossé en la aldea de Pontmain."


Referencias
Web oficial del Santuario de Pontmain
Madre de la Esperanza, Madre de la oración. Web Padre Jordi Rivero
Lista de reproducción

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